No sé por qué razón
pero hay momentos de nuestra vida en donde nos
sentimos cansados de todo y cuando hablo de todo me refiero a TODO.
Muchos hoy están
cansados de esperar (yo soy una de ellas), cansados de orar, cansados de servir, cansados de no conseguir trabajo, cansados de cuidar a su familia, cansados de
las diferentes responsabilidades que tenemos, cansados de ser buenos y lo más
grave de este asunto es que no vemos resultados favorables.
Y entonces nace un interrogante: es
el cansancio parte de la vida del ser humano?; yo me he sentido muchas veces
cansada de todo, hay momento en donde quisiera simplemente irme lejos
a un lugar, olvidarme de todo y descansar por un buen tiempo, pero aunque
sienta todo eso, nunca sería capaz de hacerlo porque tengo responsabilidades
como madre, como hija, como novia, como amiga , pero la sensación a veces está
allí.
Yo podría aparentar “espiritualidad” y regañarte por que te
sientas cansado, decirte que eso no es de un hombre o mujer que crea en Dios,
pero eso sería mentirte y engañarte, porque como seres humanos que somos llegan
momentos en donde estamos en nuestro limite, en donde nos
sentimos cansados y no queremos hacer nada de nada.
Durante mi vida en
Dios, he aprendido a llevar mi cansancio en su presencia, cuando me siento
cansado de todo es señal que ya no estoy disfrutando nada de lo que hago,
entonces es hora de ir delante del Dios con una actitud diferente y en busca de
un tiempo diferente. Cuando yo siento que ya no puedo más y comienzo a
desesperarme por todo, voy a un cuarto a solas, a
veces sin necesidad de hablar nada, solamente cierro mis ojos y comienzo a
pensar en Dios y veces hablo con Él y a veces simplemente no digo ninguna
palabra, es allí cuando descargo todo mi cansancio en Dios, de pronto cuando me
doy cuenta estoy llorando como un niño, es en esos momentos cuando le
facilitamos el trabajo a Dios porque nuestro ser
esta más sensible a Él y nos regala de su fortaleza, renovando así nuestra
vida.
He repetido a
diario esos sucesos en donde siento que ya no puedo más, pero al estar
allí a solas con Dios, recuerdo cada momento en los que pensé que ya no podía
más, al igual que en los momentos en que Dios me ha sacado adelante. Pienso en
lo que antes era sin Él y ahora soy con Él, me doy cuenta que Él me ha dado más
de lo que merezco y ha sido más bueno de lo que tendría que haber sido conmigo.
En esos momentos a solas con Él, me
doy cuenta que no tengo nada porque lo merezca, ni porque haya hecho mérito
alguno, sino porque simplemente Él me amo y decidió transformar mi vida,
entonces entiendo que no puedo darme por vencida, que nada de lo que sienta en
este momento me hará rendirme, porque Dios ha hecho cosas más grandes
en mi vida que merecen todo mi esfuerzo, cada detalle que Dios ha
hecho merece todo de mí.
No era nadie, sin embargo Él me hizo
su hija, me dio una Familia, una hija hermosa, me dio todo lo que tengo, ¿Entonces? ¿Qué puede hacer que me rinda?,
¿El cansancio? El cansancio que pueda
sentir, no es nada comparado con todos los favores que Dios me ha hecho, por lo
tanto en esos momentos, me dispongo a seguir luchando y entonces a Dios, se le
hace más fácil renovar mis fuerzas.
Quizá hoy te sientas cansado, ¿Sabes
lo que necesitas?, ir delante de Dios, reflexionar un momento sobre tu vida y
darte cuenta que ese cansancio no es razón para rendirte, pues Dios ha sido muy
bueno contigo y todo lo que Él ha hecho es razón suficiente como para dar todo
de ti, porque Él se merece eso y mucho más.
¡Vamos! Encuéntrate con Dios, habla
con Él o simplemente quédate callado, pues Dios traerá a tu mente cada momento
en los que también pensaste que no podías más, renovando una vez más tus
fuerzas y llenándote de su gracia maravillosa e infinita.
¡El cansancio nunca será razón para rendirte, vamos
sigue luchando pues Dios se lo merece!
“Dios
les da nuevas fuerzas
a los débiles y
cansados.”
Y no olvides:
“HAZ LO POSIBLE Y DIOS HARÁ LO IMPOSIBLE.”