1. Requisitos: todo lo que queremos alcanzar
requiere o nos exigirá algo. Tendrá unos requisitos iniciales, unas
condiciones; estas serán y pondrán en nuestro ser un esfuerzo, podemos verlo
como la inversión que debemos realizar con el fin de alcanzar nuestro meta u
objetivo.
2. Método: adicionalmente
cada propósito-sueño producirá un resultado, estos resultados pueden ser
positivos o negativos, en otras palabras debemos ser conscientes que cada cosa
que hagamos tendrá una consecuencia-resultado. Estos resultados dependen del
camino o método que elegimos, unos métodos producirán mejores resultados y
otros no.
Este método debe ser elegido desde un análisis
de la situación y experiencia personal o de otros. Debemos ser consientes que
como el método puede dar como resultado una consecuencia positiva, pero también
negativa, ya que muchas veces elegimos un método con el cual nos sentimos
cómodos, y que creemos según nuestro análisis y experiencia, nos producirá los
mejores resultados posibles, pero por el contrario ese método no produce los
resultados que deseamos, y entonces nos sentimos frustrados.
Sin embargo lo
que debemos hacer es volver analizar la situación y mirar que tenemos que cambiar,
en otras palabras ajustar el método, y volver a intentarlo.
RECUERDA: los
resultados están ligados a lo que hacemos, no nos salen las cosas por que
estemos de malas, es por nuestra manera de hacerlas, es decir por nuestro método.
3. Recompensas:
lo
que hacemos nos debe producir felicidad, es la mejor recompensa, TODO VALE LA
PENA, SIEMPRE Y CUANDO NOS LLENE Y LE DE SENTIDO A LA EXISTENCIA QUE TENEMOS,
en este sentido el mejor camino y los mejores propósitos los tiene Dios, así
que cada vez que iniciemos una actividad pongámosla en las manos de Dios y el
nos guiara dándonos el mejor resultado y por ende la mejor recompensa posible.
RECUERDA: Cuando
digo la mejor recompensa posible, no quiere decir que sea la recompensa que esperamos,
si no la que mas nos conviene según los planes de Dios.
Ahora en este
punto es importante que tengamos en cuenta dos aspectos:
1. Debemos
recompensarnos siempre que alcancemos un propósito, de lo contrario podemos caer en desanimo.
2. No debemos recompensarnos
antes de tiempo, es decir muchas veces no hemos alcanzado la meta y ya nos
estamos comiendo los frutos o no hemos cosechado y ya nos acabamos los recursos
de la cosecha.
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